Desde el inicio de nuestro viaje, teníamos claro que nos
apetecía finalizar en algún lugar especial, y el destino elegido fue una
preciosa isla tropical, Phu Quoc, una joya de Vietnam que aún está casi sin
explotar.
Desde que llegamos al sur, la lluvia ha hecho acto de
presencia en algún momento del día, por lo que aquí tampoco iba a ser
diferente. Pensamos que a pesar de ello, debíamos vivirlo con intensidad, pues
tan sólo teníamos tres días para iniciar el regreso a casa. Así pues, decidimos
alquilar moto e inspeccionar algo de la isla. Uno de los días fuimos a Sao
Beach, una preciosa playa al sur, de arena blanca, agua esmeralda y
palmeras…algo así como lo que tenemos en mente como el paraíso. Ese mismo día
también nos acercamos a Suoi Tranh, una cascada a la que se accede tras un
paseo de 10 minutos por la selva.
Al día siguiente, optamos por ir al Norte, a una playa
llamada Bai Thom, a 30 km de donde nos alojamos, Long Beach. Esta playa, nada
turística, nos ofreció un rinconcito de tranquilidad, después de las maltrechas
carreteras que tuvimos que recorrer para llegar a ella. A la vuelta y habiendo
tentado a la suerte en tantas ocasiones (por lo de la lluvia), nos pilló una
buena tormenta. Pudimos resguardarnos en una de las pocas casas que encontramos
en el camino, y cuando amainó un poco seguimos nuestro camino. Durante los 25
km que restaban hasta nuestro hotel, la lluvia siguió con nosotros, pero en
lugar de apenarnos, disfrutamos del recorrido entre la selva bajo la lluvia. No
podíamos irnos sin probarlo!!
SEGUR QUE N´OBLIDAREU AQUESTA VIVENCIA MEREVELLOSA.
ResponderEliminarSEU MEREIXEU.
VOS ESPEREM...YA CONTAREU.
--IL PELATO--